La experiencia es el mejor maestro, aquello que vivimos es lo que más y mejor nos enseña, a partir de lo cual aprendemos, nuestro bagaje vital nos proporciona una información de incalculable valor.
Es a partir de nuestras vivencias que modificamos nuestros comportamientos, nuestros hábitos, mejoramos nuestro rendimiento y eficacia.
Algunos profesionales nos basamos en el juego como herramienta de transformación, precisamente porque a través de ellos cada participante vive en primera persona y se da cuenta de su actitud inconsciente mediante dinámicas especial y cuidadosamente preparadas para que de modo relajado y divertido encuentre espontáneamente, una mejor manera de proceder, descubriendo en su interior la forma más idónea de aplicarlo y todo ello resultado de la propia reflexión, del propio darse cuenta y de la propia decisión de cambio y mejora constante.
Aquellas instituciones que convierten el factor humano en una prioridad, son las que más éxito obtienen, en todos los ámbitos, no solo el comercial, sino también en la calidad y facilidad con la que se realiza el trabajo diario. Estas corporaciones saben, se dan cuenta de que, lo que las lleva al éxito y las mantiene en él, son las personas, que estas son pieza clave, fundamental e insustituible del buen funcionamiento y responsables fundamentales de los sabrosos frutos que se recogen en forma de beneficios.
Estas entidades consideran beneficios muchos aspectos no sólo el económico, también la salud mental y emocional de cada una de las personas que las componen, que se traduce en buena imagen, presencia y prestigio, que contribuyen, como todos sabemos, a incrementar los tan perseguidos beneficios económicos.
El juego es una herramienta, sencilla y poderosa a través de la cual adquirimos experiencia, nos reconocemos a nosotros mismos y nos brinda la posibilidad y el deseo de mejorar.
Muchas personas optan por participar en talleres basados en juegos, de forma individual y por propia elección, pues se comprometen con su propio desarrollo personal y se sienten atraídas por métodos naturales, agradables y divertidos con los que reflexionar sobre uno mismo y sus áreas de mejora.
El juego es la forma más instintiva de aprendizaje de los seres humanos, surge en cada uno de forma fluida, permitiéndonos canalizar nuestra creatividad innata de múltiples formas.
En definitiva cualquier taller basado en juegos será una experiencia agradable y positiva con la cual incorporar a nuestra mochila personal nuevos recursos.
Natividad Martín Fernández